Laboa no se puede entender sin sus compañeros de viaje. Entre 1966 y 1972 fue cofundador de Ez Dok Amairu, el grupo que cambió para siempre la canción vasca y alumbró a una hornada de artistas (Xabier Lete, Lourdes Iriondo, Benito Lertxundi, los hermanos Artze…) que ya forman parte del imaginario popular. Lete era poeta y músico y su recuerdo es imborrable. Junto con Iriondo, sellaron los sentimientos de la juventud vasca ante el hostigamiento de la dictadura franquita. Lertxundi es otro mito, uno de nuestros artistas más longevos y queridos. Conocido como el Bardo de Orio, su música ha transitado de la canción protesta a los temas de amor, cantos épicos, folclore vasco… Entre todos ellos se retroalimentaban, las sinergias eran habituales. En sus directos alternaban temas propios con canciones en euskera de Jaques Brel o Donovan, lo que supuso todo un descubrimiento: el euskera se estaba asociando a otras culturas musicales, también al rock´n´roll. De su apego simultáneo a la música vasca tradicional y el folk-rock americano surgió Errobi en 1974. El grupo de Baiona capitaneado por Anje Duhalde y Mixel Ducau fue, junto a Niko Etxart, pionero del rock euskaldun.
“Mikelen musika barrutik dator, berak landu eta inoiz utzi ez zuen ildo sakonetik, intuizioz beterik…»
Cantautores o no, los de antes y los de ahora, todo el mundo admira a Laboa. Y los caminos que pasan por Laboa son múltiples. La canción «Izarren hautsa», por ejemplo, fue compuesta por Lete y más adelante Laboa hizo una versión. Solistas contemporáneos como Mikel Urdangarin o Anari la incluyen en sus directos y Ken Zazpi, representantes del pop-rock mainstream, también hicieron su propia toma. «Haika Mutil», un clásico que popularizó Laboa, se incluyó en el disco Etxea (2008) del conocido acordeonista Kepa Junkera. Ruper Ordorika es otra figura clave del folk vasco y más allá (rock pausado, cantautor eléctrico) de los últimos 30 años. Colaboró en una canción del último disco de estudio de Laboa, Xoriek 17 (2005) y participó en un nuevo homenaje fabricado por el prestigioso sello Bidehuts.
En Txinaurriak. Mikel Laboari ikasitako kantuak (2010) se emuló la gesta de Txerokee 20 años más tarde: un nuevo dream team de grupos de corte rock (pero no solo) reinterpretaron 19 temas basados en la libertad creativa. Una obra poliédrica y llena de recovecos como la de Laboa encuentra en este doble LP una relectura acorde a su leyenda y en la que participan Willis Drumond, Lisabö, Audience, Athom Rumba, Inoren Ero Ni, Berri Txarrak… 7 años antes que Delorean, lo más granado de la escena alternativa e independiente vasca ya mostraba sus respetos a un hombre inmortal que voló como un pájaro libre. Y todo parece indicar que la fuente inagotable de Mikel Laboa se seguirá revisitando desde ángulos diversos e insospechados: ahí están los samples electrónicos de sus lekeitios por parte del grupo indie WAS; el «Txoria Txori» flamenco de Sonakay; la deconstrucción de un rockero que también vuela alto y libre, Joseba Irazoki; la improvisación de una artista total como Mursego; la heterodoxia del penúltimo descubrimiento del folk experimental vasco encarnado en Bas(h)oan…
Ruper Ordorika escribió una vez: “La música de Mikel viene de dentro, del surco profundo que él trabajó y nunca abandonó, lleno de intuición. Pero ese surco no era solamente creado por la intuición sino trabajado con detalle, sin olvidar las influencias de su entorno y de su tiempo”.