10 libros para sumergirse en la literatura vasca del siglo XXI

La lista que viene a continuación conjuga distintas almas de la literatura vasca, reúne nombres consagrados con otros que empiezan a salir del cascarón y todos ellos conforman una suerte de dream team de las letras en euskera. Muchos de estos libros son traducidos a varios idiomas, han recibido múltiples premios y hasta en algunos casos sus historias se han llevado al cine. 10 libros escritos en el presente siglo y que su lectura será tan gratificante como descubrir tesoros escondidos en el fondo del mar.

1. SPrako tranbia (Unai Elorriaga, 2001)

Cuando Unai Elorriaga se llevó el Premio de Narrativa Española en 2002 por SPrako tranbia solo tenía 29 años. Su primera novela abrió las puertas a una nueva generación de escritores vascos y generó una revolución en el panorama literario. ¿De qué trataba su debut? ¿Qué tenía de especial? ¿Quién era aquel joven escritor? La historia de Lucas, Marcos y María es también el lugar de encuentro entre la juventud y la vejez narrado con un estilo original. Aitzol Aramaio llevó la novela al cine con la película Un poco de chocolate. “El de Unai Elorriaga es uno de esos libros que aparecen en contadísimas ocasiones”, escribió Felipe Juaristi en El Diario Vasco. El libro ha sido traducido al castellano por el propio Elorriaga y, además, a otras 7 lenguas: búlgaro, estonio, catalán, gallego, alemán, serbio e italiano.

2. Lagun izoztua (Joseba Sarrionandia, 2001)

Joseba Sarrionaindia es uno de los escritores más brillantes de la literatura vasca. También uno de los más enigmáticos: se fugó de la cárcel de Martutene en 1985 escondido en los altavoces del músico Imanol y estuvo en paradero desconocido durante más de 30 años. Residente en Cuba, Lagun izoztua fue un éxito de ventas y logró el Premio de la Crítica a la mejor obra en prosa escrita en euskera. Con el exilio como eje central, es lo más cerca que ha estado ´Sarri´ de escribir una autobiografía: “Aunque se trate de ficción, me he sentido muy implicado en los personajes y las situaciones de la novela”, explicó en la revista Argia. El libro fue publicado también en castellano bajo el título El hombre congelado; además, se ha traducido al italiano y al alemán.

3. Soinujolearen semea (Bernardo Atxaga, 2003)

Estamos ante una figura de calado universal. Desde el éxito inapelable de Obabakoak (1988), cada lanzamiento de Bernardo Atxaga suele convertirse en un acontecimiento. Y, habitualmente, su efecto se multiplica en varias direcciones. El caso de Soinujolearen semea es paradigmático: tuvo una aplaudida adaptación teatral en 2012 y en 2019 se estrenó una película dirigida por Fernando Bernués basada en la novela. Ha sido, además, traducido ya a 16 idiomas: búlgaro, castellano, catalán, danés, alemán, francés, gallego, italiano, holandés, polaco, ruso, esloveno, sueco, inglés, greco y turco. Atxaga desarrolla en el libro uno de sus relatos más personales y representativos, la relación de amistad de sus dos protagonistas, Joseba y David, desde la Guerra Civil hasta finales del siglo XX.

4. Bilbao-New York-Bilbao (Kirmen Uribe, 2009)

Otro debut deslumbrante. Kirmen Uribe triunfó por todo lo alto con su primera novela y se llevó todos los premios habidos y por haber, desde el Premio de Narrativa Española al Premio de la Crítica en lengua vasca. Chapoteando en las aguas de la autoficción, el relato se desarrolla durante un vuelo entre el aeropuerto de Bilbao y el JFK de Nueva York, y destapa la historia de tres generaciones de una misma familia. El escritor de Ondarroa participa con asiduidad en encuentros internacionales de literatura. “Uribe hunde sus raíces en el País Vasco, pero es totalmente universal”, ha dicho de su obra The Harvard Book Review. Bilbao-New York-Bilbao se ha traducido ya a 13 idiomas: castellano, catalán, gallego, portugués, ruso, georgiano, francés, búlgaro, japonés, serbio, albanés, inglés, esloveno.

5. Twist (Harkaitz Cano, 2012)

Harkaitz Cano es uno de los hombres multitasking de la cultura vasca. Ejerce de traductor literario, tiene alma pop (fue guionista de televisión y está estrechamente ligado al mundo del cómic) y él mismo admite que es un “músico frustrado”. Con Twist, su cuarta novela, ganó su segundo Premio Euskadi de literatura, entre otros galardones, y ha sido traducida a media docena de idiomas: castellano, inglés, búlgaro, serbio e italiano. Aunque es una historia de ficción, el libro arranca con un hecho que marcó como un puñal en el pecho a una generación entera de vascos: el secuestro, tortura y asesinato en 1983 a manos del grupo parapolicial GAL de los miembros de ETA José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala.

6. Martutente (Ramón Saizarbitoria, 2013)

Ha sido equiparada con la grandeza de Tolstói y con la obsesión por la precisión estilística de Flaubert, pero Martutene toma como referencia Montauk, la novela de Max Frisch. No estamos ante un lanzamiento más en la dilatada trayectoria de Ramón Saizarbitoria, uno de los grandes renovadores de la literatura vasca. Su extensión (720 páginas), su afán de obra total y definitiva sobre el País Vasco, y la lluvia de premios y elogios, marcaron un nuevo hito en su carrera. “Nos hallamos ante un concienzudo arquitecto que erige armoniosos edificios literarios bien ensamblados cuyo contenido requiere una atenta lectura”, sintetiza el lingüista Gorka Aulestia. Ha sido traducido al castellano y al inglés.

7. Bidean ikasia (Arantxa Urretabizkaia, 2016)

El alarde de Hondarribia es un desfile de armas que se celebra desde 1639 para conmemorar la liberación de la ciudad de las tropas del Rey Luis XIII de Francia. En 1993 un grupo de mujeres pidió poder participar en el alarde, una reivindicación que se ha topado con numerosas piedras en el camino. Arantxa Urretabizkaia, una de las principales voces literarias vascas, decidió contar la lucha de estas mujeres, unos acontecimientos amargos y duros, que abrieron heridas y removió conciencias. Logró el Premio Euskadi de Literatura en euskera 2017. “El libro es el logro de una escritora que ha sabido mirar la realidad en su conjunto con total madurez”, apuntó el jurado. Se tradujo al castellano con el nombre Lecciones del camino.

8. Jenisjoplin (2017, Uxue Alberdi)

Escritora y bertsolari (el arte de cantar en verso de manera improvisada), Uxue Alberdi pertenece a una nueva generación de escritoras vascas que conjuga lo local con lo universal y que, asimismo, se distinguen por un marcado carácter feminista. Jenisjoplin cuenta la historia de Nagore Vargas, una joven bilbaína que trabaja en una radio libre a la que meten en un lío tremendo. El conflicto vasco es el punto de partida para contarnos una dramática historia personal, pero también una hermosa historia de amor con vínculos familiares. La segunda novela de Alberdi obtuvo el premio de los lectores vascos 111 Akademia.

9. Bihotz handiegia (2017, Eider Rodríguez)

Con Eider Rodríguez ha sucedido un hecho insólito: por primera vez una persona ha obtenido dos galardones del Premio Euskadi el mismo año, por el cómic Santa Familia y el libro de relatos Bihotz Handiegia. Aunque es de Hegoalde (Errenteria), Rodríguez vive en Iparralde (Hendaia) y no parece casual que los cuentos de este libro estén atravesados por las fronteras que separan dos comunidades, dos realidades distintas, pero que también ejercen de pegamento y los unen para siempre. Los años que pasó en París y Madrid forjaron su identidad como escritora. Se sentía extranjera. Y ese sentimiento recorre los personajes de estos seis relatos. Esta obra ha sido traducida al castellano, al inglés y al catalán.

10. Azala erre (2018, Danele Sarriugarte)

La más joven de esta selección y uno de los nombres que más está dando que hablar en los círculos literarios. Danele Sarriugarte (Elgoibar, 1989) se dio a conocer con su primera novela, Erraiak (2014), que se llevó el premio otorgado por el gremio de libreros de Gipuzkoa. Esta vez aborda temas como la amistad, la envidia, el éxito y la superficialidad con el mundo del arte como telón de fondo. Una historia que retrata la dependencia de las redes sociales de sus dos jóvenes protagonistas y todos los rumores que se generan a su alrededor. “Un escritor no debería prestar atención al ruido que muchas veces se crea en Twitter”, reflexiona Sarriugarte.

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