Euskara

Euskara 900.000 hiztun inguru dituen hizkuntza da, Pirinioen mendebaldeko ertzaren bi aldeetan hitz egiten dena; hau da, Espainiaren eta Frantziaren lurraldeetan. Espainian, Euskal Autonomia Erkidegoan eta Nafarroan hitz egiten da, eta Frantzian, Lapurdi, Behe-Nafarroa eta Zuberoa probintzietan. Zazpi probintzia horiei Euskal Herria edo Vasconia esaten zaie.

Las vascas y los vascos nombramos el mundo en euskera. La lengua vasca se habla a ambos lados del extremo occidental de los Pirineos, por lo que abarca territorios pertenecientes tanto a España como a Francia. Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra son los territorios peninsulares del euskera. En el País Vasco del Norte; Labort, Baja Navarra y Sola. El conjunto de estas siete provincias es denominado Euskal Herria en euskera. Los últimos datos señalan que de una población total de aproximadamente tres millones de personas, 900.000 son capaces de hablar en euskera. La lengua vasca presenta una diferenciación en dialectos muy pronunciada. En Europa probablemente solo otra región no muy extensa, Eslovenia, se caracteriza por un grado tan acusado de diversidad dialectal. La lengua vasca ha demostrado a lo largo de la historia una enorme capacidad de adaptar vocablos y estructuras de otras lenguas. Si no hubiera sido así, seguramente habría desaparecido hace siglos, como ocurrió con los demás idiomas que se hablaban en las actuales España y Francia hace dos mil años.

El euskera es una lengua genéticamente aislada: es decir, no pertenece a ninguna familia lingüística conocida. Como suele ocurrir con las lenguas que no cabe clasificar en un determinado tronco lingüístico, también acerca del origen del euskera se han ido sucediendo en la historia hipótesis de lo más variopintas. No obstante, a día de hoy, la única teoría plausible es la que establece una relación genética entre el euskera y el aquitano, hablado en el sudoeste de la actual Francia. Con todo, tal y como dijo el lingüista Luis Michelena: “El auténtico misterio que encierra la historia del euskera no es el de su origen, sino el de su conservación hasta nuestros días”.

Más allá de las conquistas, alianzas y frenos del pasado, en el siglo XIX, el movimiento llamado renacimiento que se extendió por muchas tierras sin estado y con lengua propia, llegó también a tierras vascas. Antoine d’Abbadie fue una figura clave en la organización de los Juegos Florales, gracias a ellos la lengua vasca ganó presencia en la esfera pública y pusieron los fundamentos de una conciencia vasca supraestatal, basada en la lengua. Las tres primeras décadas del siglo XX fueron años dorados para la lengua vasca. En 1918, la Sociedad de Estudios Vascos Eusko Ikaskuntza hizo su primer congreso y en 1919 nació Euskaltzaindia, la Academia de la Lengua Vasca. El poeta Xabier Lizardi y José Ariztimuño Aitzol, entre otros, crearon la asociación Euskaltzaleak cuyo eje y objetivo fue el propio euskera. En 1936, una vez estallada la guerra civil española, concedieron la autonomía a la mancomunidad formada por Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. De poco sirvió, con la caída del último bastión vasco contra el alzamiento, la lengua vasca perdió su oficialidad. Tras largos años de desprecio y menosprecio de la lengua por parte de la dictadura franquista, en la década de 1960, el euskera se convirtió en el alma de la nación vasca. Fue esencial el papel de las ikastolas –escuelas infantiles en lengua vasca– y las gau-eskolas –centros de enseñanza de la lengua para adultos–. La gran novedad de ambas es que no se limitarán a la enseñanza del euskera a alumnos que tienen este como lengua materna, sino que pretenderán extenderse al conjunto de Euskal Herria, incluyendo territorios donde no se ha hablado euskera desde hace siglos y alumnos de lengua materna castellana (o, en su caso, francesa). Las gau-eskolas son el precedente de los euskaltegis donde en la actualidad aprenden euskera cerca de 40.000 adultos.

Bernart Etxepare escribió el primer libro en lengua vasca en 1545, Linguae Vasconum Primitiae. La segunda obra en euskera es la traducción del Nuevo Testamento que Joanes Leizarraga hizo en 1571. Joan Pérez Larrazaga escribió narraciones y poemas entre 1567-1602. Desde entonces, el euskera, en algunas de sus diferentes variedades dialectales, ha conocido una tradición literaria ininterrumpida a la que en tiempos modernos ha dado un impulso innegable el propio proceso de unificación de la lengua literaria o estándar (euskara batua), cuyas bases se acordaron en Euskaltzaindia, en 1968. Si en 1968 se publicaron 93 obras en lengua vasca, en 2017 fueron 2.267. La lengua estándar se utiliza en la administración, en el sistema educativo, en los medios de comunicación y, en general, en la literatura.

Según la UNESCO, la lengua vasca se encuentra en una situación de debilidad, especialmente en Navarra, y en situación gran riesgo en el País Vasco del Norte. Los progresos en el conocimiento del idioma no siempre repercuten en su uso, que avanza muy lentamente. Su supervivencia, pese a las dificultades, está asegurada, pero sigue sin estarlo en todos los territorios del euskera por igual.

Xabier Zabaltza

Historiador

Ivan Igartua

Profesor de la Universidad del País Vasco